Coco y Max: Amigos del Zoológico

Era un día soleado en el zoológico. Los animales estaban jugando, los pájaros cantaban y los niños reían. Pero en la jaula de los monos, un pequeño mono llamado Coco estaba aburrido. ¡Le encantaba trepar por los árboles y jugar con sus amigos, pero la jaula era demasiado pequeña! Coco se puso a pensar. "¿Cómo puedo salir de aquí?", se preguntó. De repente, ¡tuvo una idea! Se colgó de la rama más alta de la jaula y saltó hacia el muro. ¡Era un poco alto, pero Coco era un mono muy ágil! Con un pequeño salto, ¡logró pasar por encima del muro y se encontró fuera de la jaula! Coco estaba emocionado. ¡Era libre! Podía ir a cualquier lugar que quisiera. Empezó a correr por el zoológico, saltando de árbol en árbol, jugando con los pájaros y haciendo reír a los niños. De repente, Coco vio algo que nunca había visto antes. Era un perro grande y peludo, con una cola que se movía de un lado a otro. El perro estaba sentado en el suelo, mirando a Coco con curiosidad. "¿Hola?", dijo Coco, con una sonrisa. El perro ladraba un poco, pero no parecía agresivo. Coco se acercó al perro y le extendió la mano. "¿Te llamas Coco?", preguntó el perro. "Sí, ¿y tú?", respondió Coco. "Yo me llamo Max", dijo el perro. "Soy el perro guardián del zoológico". Coco se sorprendió. "¿Un perro guardián? ¿Qué haces?", preguntó. "Cuido el zoológico para que nadie se escape", explicó Max. "Y también juego con los niños y les doy cariño". Coco se rió. "Yo también juego con los niños", dijo. "Y les doy cariño". Max y Coco se hicieron amigos rápidamente. Jugaron a la pelota, corrieron por el zoológico y se contaron historias. Coco le contó a Max sobre sus aventuras en la selva, y Max le contó a Coco sobre sus aventuras con los niños. De repente, Coco escuchó un ruido. Era el cuidador del zoológico, que estaba buscando a Coco. "¡Coco! ¡Coco!", gritó el cuidador. "¡Tienes que volver a tu jaula!" Coco se puso triste. No quería volver a la jaula. "No te preocupes, Coco", dijo Max. "Yo te ayudaré a volver". Max llevó a Coco hasta la jaula y la ayudó a subir. Coco le dio un abrazo a Max y le dijo: "Gracias por ser mi amigo". "De nada, Coco", dijo Max. "Espero que nos veamos pronto". Coco volvió a su jaula, pero ya no estaba triste. Había hecho un nuevo amigo y había tenido una gran aventura. ¡Y lo mejor de todo era que ahora sabía que podía contar con Max para cualquier cosa! A partir de ese día, Coco y Max se veían todos los días. Max le contaba a Coco historias sobre los animales del zoológico, y Coco le contaba a Max historias sobre sus aventuras en la selva. Eran los mejores amigos del mundo, un mono y un perro que habían encontrado la amistad en el zoológico. Y así, Coco, el mono aventurero, y Max, el perro amigable, vivieron felices para siempre, jugando y divirtiéndose en el zoológico.